miércoles, 7 de enero de 2009

Mariquita Pérez, puro marketing aspiracional

¿Qué tendrá la muñeca Mariquita Pérez que ha sido capaz de congregar a tres generaciones -abuelas, madres y nietas- en una exposición en El Mercado, Puerta de Toledo (Madrid), estas navidades?

Suponemos que todos los ingredientes de un buen producto. La historia de esta entrañable muñeca se remonta a los años 40, cuando su inventora Leonor Coello de Portugal, encargó las primeras unidades de fabricación al taller de Bernabé Molina, en Onil (Alicante).

Pronto su negocio creció como la espuma, ya que los mil primeros modelos realizados en 1940, se vendieron enseguida en Madrid. Y, tal fue el éxito en su acogida, que pronto Leonor Coello reconvirtió en franquicias de Mariquita Pérez, las mejores jugueterías de Madrid, Barcelona, Bilbao y Santander, entre otras.

Pero lo que más sorprende, es que el producto comercializado no era precisamente barato, ya que cada muñeca costaba entre 85 y 100 pesetas de los años 40 y el salario medio por día era de 10 pesetas... Está claro que pocos bolsillos se lo podían permitir y, como declara Consuelo Yubero, organizadora de la exposición "Ella misma reconoce que nunca tuvo una cuando era niña porque vivía en una casa con cinco hermanos y los Reyes Magos les traían juguetes para compartir entre todos, así que se dedicaba a admirarla desde la calle".

Pero , entonces ¿qué tiene esta muñeca que crea tanta expectación? La respuesta es simple. Como afirma la coleccionista Yubero, "Mariquita Pérez fue testigo de una España recién salida de la guerra y constituyó un foco de esperanza de una vida mejor" ," nos reflejó los cambios de moda y la ideología predominante de aquella época". Además, "representó las personalidad a la que aspirábamos las niñas de la época".

Vamos, un vivo ejemplo de marketing aspiracional que, además, sabe crear comunidad a través de puntos de encuentro generacionales entre abuelas, madres e hijas.

Nota: Los interesados en visitar la exposición, pueden hacerlo en El Mercado Puerta de Toledo (Madrid) los meses de enero y febrero.

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