Esto le ha ocurrido al matemático, Grigory Perelman, un "genio solitario" que ha ganado el Premio del Milenio que entrega el Instituto de Matemática Clay, en Cambridge, Massachusetts.
El ruso se ha hecho con el premio por probar la conjetura de Poincaré, que trata de cuerpos con cuatro o más dimensiones, en lugar de las tres dimensiones habituales. La conjetura presenta una prueba para establecer si una forma que existiera en un espacio de ese tipo, por más distorsionado que estuviera, sería una esfera tridimensional.
Ese era uno de los siete problemas por los cuales el instituto ofreció un premio de un millón de dólares en el 2000, y es el primero en ser resuelto.
Lo más sorprendente es que no es la primera vez que rechaza premios importantes. En el 2006, Perelman se hizo conocido al no asistir a la ceremonia donde debía recibir la Medalla Fields, considerada por muchos el premio Nobel de la matemática. En lugar de ir a Madrid, se quedó en su casa.
Por lo visto, Perelman le ha dicho a un canal de televisión local que no ha decidido si aceptará el dinero y que el primero en enterarse será el instituto Clay.
Por su parte, su profesor de matemáticas en la escuela secundarioa, Sergei Rukshin ha declarado a The Associated Press:"Sé que esta vez está pensando seriamente si quiere aceptar el premio", "Aún tiene un poco de tiempo", agregó. La entrega del premio es en junio.
Por su parte, su profesor de matemáticas en la escuela secundarioa, Sergei Rukshin ha declarado a The Associated Press:"Sé que esta vez está pensando seriamente si quiere aceptar el premio", "Aún tiene un poco de tiempo", agregó. La entrega del premio es en junio.
Lo más curioso es que Perelman, que trabajaba en el Instituto de Matemáticas Steklov, no tiene empleo desde hace cuatro años y ha rechazado todas las ofertas laborales que recibió, según Rukshin.
Al parecer, no todo es dinero porque según declara Rukshin: "Después de tanta atención por parte de los medios ... no quiso ser una persona pública y verse como un animal en el zoológico".
No obstante, Rukshin le ha animado a aceptar el premio para poder cuidar de su madre y de sí mismo.
Y aquí viene mi reflexión ¿Pensáis que los medios pueden llegar a ejercer una presión de tal manera que, incluso, una persona en paro recibe un premio cuantioso y decide rechazarlo por mantenerse en el anonimato? ¿Son los genios personas diferentes del resto de la humanidad? ¿Puede que sus mayores premios sean la recompensa de sus propios descubrimientos?
Mar Heras para la comuniad Edirectivos
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