La pasada semana se nos fue una de las figuras más sólidas, coherentes y respetadas de la literatura en castellano del siglo XX, Miguel Delibes.
Su muerte rememora mis tiempos de colegiala, cuando en clase de literatura "nos hacían leer y comentar" obras como El Camino o el monólogo de Cinco horas con Mario. Este último, me producía un poco de tristeza.Tal vez, ciertos libros hay que leerlos cuando se tiene una edad más avanzada, para comprenderlos de la forma adecuada... Años más tarde, ya adulta, vi el impresionante monólogo en el teatro de la mano de Lola Herrera y, me encantó...
Resulta curioso saber que el aterrizaje en la literatura y el periodismo (El Norte de Castilla) de Delibes fue por casualidad. De hecho, nunca pensó en ser escritor. Como luego reconoció, fue estudiando Comercio y Derecho, cuando descubrió la belleza de las palabras al leer el Manual de Derecho Mercantil de Joaquín Garrigues Su esposa, Ángeles, también fue una pieza clave en esa pasión que sentía por las letras.
Si no hubiese ganado el Premio Nadal, probablemente habría colgado la pluma. Así lo declaró en alguna ocasión. Afortunadamente no lo hizo, porque después recibió premios de tanto calado como el Nacional de Narrativa, el de la Crítica, el Nacional de las Letras Españolas, el Príncipe de Asturias de las Letras y el galardón cumbre en el mundo hispanohablante, el premio Cervantes, que le fue concedido en 1993.
Como homenaje a su desaparición terrenal, pero no de nuestras mentes, he escogido un vídeo de Youtube, que nos descubre un Delibes cercano, irónico, socarrón y con ciertas aficiones, como la de jugar al póker. También, hace una interesante reflexión sobre el medio televisión. ¡Es cortito y muy interesante!
Mar Heras para la Comunidad Edirectivos
martes, 16 de marzo de 2010
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