Precisamente esa humildad de la que se quejan los expertos es el valor diferencial que tiene Rafa, que sabe ser un "buen producto" en la pista y fuera de ella. Tiene un saber estar, que aún cuando derrota hasta hace poco al número 1 del tenis mundial, Federer, lo hace de una forma callada y elegante.
Los que opinan que sus patrocinios se podrían rentabilizar más en momentos de triunfo como Wimbledon, se equivocan. Ayer, la entrega de premios del Open de Australia dio la vuelta al mundo. Roger Federer, lloraba de impotencia ante un Rafa que brillaba más por su humanidad que por su triunfo.Elegancia, humildad y humanidad: valores de marca difíciles de encontrar.
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