Ni publicidad convencional, ni campañas on-line. Sólo es necesario un evento importante como puede ser una boda, para entrar por la puerta grande en el mercado. Así de claro lo tiene el vicepresidente de la compañía que representa a la marca de licores Leblon, Kevin Martin, quien está llegando a acuerdos con empresas organizadoras de eventos y bodas en Estados Unidos para familiarizar a los consumidores con la bebida alcohólica cachaca y a su vez con la marca Leblon.
“Estamos buscando ocasiones de gran energía para hacer la introducción. Preferimos intentarlo por primera vez en una gran celebración, que no en algún bar deprimente de aeropuerto”, ha declarado Martin a “Advertising Age”.
El reto que busca la compañía es que la marca quede asociada con el concepto de romance y celebración, y no como la forma de ponerse contento en una boda. Leblon está posicionada en el mercado como una marca premium de ron (una botella de 750 mililitros cuesta entre 25 y 30 dólares), aunque en realidad no es ron. Pero no lo tiene nada fácil, puesto que esta bebida tradicionalmente es un mercado a la baja en Estados Unidos.
Lo que resulta evidente es que los fabricantes cada día tienen más claro que el producto hay que vivirlo y experimentarlo. En la actualidad, para triunfar en el mercado no sólo hace falta tener un buen producto, además hay que ocuparse de que el consumidor viva una experiencia irrepetible. Es decir, se trata de todo un desafío y a la vez una estupenda herramienta de fidelización.
Mar Heras para la revista MK Marketing + Ventas. Nº 225. Junio 2007.
martes, 5 de junio de 2007
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