Desde que internet es herramienta de comunicación en la empresa y el propio consumidor participa en ella, el escenario de la información se está complicando. A las compañías cada vez les resulta más difícil controlar sus comunicados y sus campañas. Los blogs o diarios on-line siempre tienen algo que decir.
Es cierto que internet permite medir acciones y reaccionar si las cosas van mal, pero su aspecto viral y casi mágico deja un marco de acción muy difícil de controlar. Ante situaciones de este tipo, algunas empresas han decidido minimizar riesgos y orquestar mediante blogs fiticios auténticas campañas de relaciones públicas. De tal manera que el término blog en algunos casos se ha convertido en flog.
En 2006 se han dado casos de blogs falsos en grandes empresas, según publica la prestigiosa revista americana “Business Week”. Para evitar estas situaciones, que desprestigian al sector de las relaciones públicas y a las marcas que los utilizan, diversas instituciones están desarrollando códigos de buenas prácticas en el uso de medios sociales. Tim O’Reilly (creador del concepto web 2.0) y Jimmy Wales (artífice de Wikipedia) han propuesto un código deontológico para la comunidad blogger.
Otra muestra de autocontrol es la iniciativa de Chartered Institute of Public Relations (CIPR), organización europea de empresas de relaciones públicas, que ha editado un código de comportamiento en medios sociales, con el fin de establecer las bases de su uso por parte de las empresas.
Sin embargo, no es sólo el sector el que observa la necesidad de regulación (aunque en este asunto hay división de opiniones). La Unión Europea también está preparando una nueva directiva que declarará ilegal la práctica de los blogs falsos e incluso de los comentarios encubiertos.
Mar Heras para la revista MK Marketing + Ventas. Nº 225. Junio 2007.
sábado, 2 de junio de 2007
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