Una, en el periódico El Mundo, en la que "ya" la ONG ha "puesto el ojo" y desatado su ira hacia el gigante Facebook, por la construcción de un centro de datos, que utiliza la "fuente de energía que produce más agentes contaminantes de calentamiento global" (que tiemble Facebook) y otra, en ABC, en la que dos miembros de Greenpeace están condenados por robar carne de ballena, para demostrar que estos cetáceos eran cazados con fines comerciales y no científicos.
Sinceramente, lo primera palabra que ha discurrido por mi cabeza ha sido la de incoherencia. De todos es conocido que Greenpeace, es una organización con fines ecologistas, cuyo objetivo es proteger y defender el medio ambiente, interviniendo en diferentes puntos del planeta en los que se cometen atentados contra la Naturaleza. Así mismo, se considera una ONG pacifista (esto ya lo pongo más en duda).
Si os digo la verdad, noto cierta incoherencia al pedir a "los demás" que se proteja y defienda el medio ambiente, cuando la propia ONG para conseguir sus objetivos de "respeto" se salte las normas y robe. ¿Qué clase de respeto es ese? ¿Su respeto? Las normas son para todos y no admiten excepciones, aunque el fin sea "hipotéticamente" muy bueno...
Estaría bien que, de vez en cuando, en lugar de mirar tanto lo que se cocina fuera y hacer mucho ruido sobre ello, echásemos un ojo a lo que se cocina dentro de nuestra casa, que en ella también hay malos y buenos cocineros.
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