sábado, 2 de diciembre de 2006

"Lo justo" se impone en el "super"

Los artículos de comercio justo -aquellos que aseguran haber sido realizados por trabajadores de países pobres que no han sido explotados, fomentar el acceso de las mujeres al trabajo y respetar el medio ambiente cada vez son más vendidos en los supermercados españoles (en 1.000 de ellos, según el diario económico “Expansión”).

La causa es la creciente concienciación de los compradores por el consumo solidario y la petición del Parlamento Europeo de que se apoye oficialmente esta clase de comercio.

Los productos procedentes de países en desarrollo facturaron 20 millones de euros el último año en España, un “negocio” que ya mueve 660 millones de euros en Europa, de acuerdo con el periódico “El País”.

Para Fernando Contreras, uno de los responsables de Intermon Oxfan y Vicepresidente de la coordinadora estatal de comercio justo, es fundamental la expansión de la venta de estos artículos por las grandes superficies, tanto para facilitar su elección a los compradores como para crear una red de distribución. Además argumenta que, en la actualidad, uno de cada cuatro españoles (el 25 por 100) sabe lo que es comercio justo y considera, entre sus objetivos, que lo conozcan cuatro de cada cinco.

Algunos organismos públicos ya han empezado a dar ejemplo al respecto. Sin ir más lejos, desde hace dos años el café que se sirve en la cafetería del senado es de comercio justo.
Una de las críticas que se hace a esta oferta de productos es su coste, normalmente más elevado. Pero, como indica Carlos Céspedes, coordinador de tiendas de la importadora Ideas, “se trata de productos de muy alta calidad, artesanos, que comparados con los delicatessen son incluso más baratos”. Subraya también que “ayudan a mejorar la situación de los trabajadores de países pobres, abocados a la miseria por el comercio tradicional”.

Para buscar garantías en este tipo de productos, existen sellos de certificación como el de Fair Trade.

Pero para que esta tendencia de mercado triunfe es preciso que no olvide su objetivo prioritario: la solidaridad. Y ésta, bien planteada, puede hacer que todos los actores participantes en la cadena ganen. Lo otro sería filantropía...

Mar Heras para la Revista MK Marketing + Ventas. Nº 219. Diciembre 2006.

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