domingo, 12 de enero de 2014

Las marcas de ficción se pasan a la realidad

Habitualmente, cuando vemos películas en el cine o series en la televisión, advertimos productos de reconocidas marcas que se publicitan para la ocasión, pero lo que no es tan habitual, es que marcas de productos que pertenecen a series de ficción, salgan de la pantalla para cobrar vida real.

Esto es lo que ha ocurrido a la cerveza Duff de Homer Simpson, al chocolate que Willy Wonka producía en su mítica fábrica, o a las gambas que tanto emocionaba a Forrest Gump y que ahora se pueden encontrar en la cadena de marisquerías Bubba Gump Shrimp Company, cuyo nombre se ha inspirado en la mítica película.

"La gran ventaja de las marcas de ficción es que ya disponen de unos niveles de notoriedad muy altos antes de su lanzamiento al mundo real", dice Oriol Iglesias, director académico de Esade Brand Institute, al diario Expansión. Por su parte, Ana Rumschisky, profesora de marketing de IE Business School, considera que tener ganado este reconocimiento es un ahorro en los costes que supone posicionar un producto. Además, señala que "una baza importante del éxito es tener expertos detrás que saben actuar en el mundo real y que ya tienen prestigio, como es el caso de Nestlé y Wonka".

En el caso de la cerveza Duff con su inseparable Homer Simpson, fue un empresario mexicano quien compró la patente. No obstante, en algunos casos, “hay que tener cuidado”, argumenta Rumschisky. “Los Simpson hacen sátira y burla, y la imagen de tu producto debe transmitir una serie de valores. Eso sí, siempre respetando la esencia que el consumidor ha percibido a través de la pantalla, para no decepcionarles". Por su parte, Oriol Iglesias también insiste en esta idea: "La ficción debe asociarse a ciertos valores que sean relevantes para el cliente y que generen un deseo de consumirlo".

Entonces, ¿cuáles son los ingredientes para que el éxito no sea perecedero? Para el experto de Esade, requiere de una inversión continuada y, para Rumschisky, de un componente aspiracional: "No se puede cometer el riesgo de comercializar un producto de una serie de moda cuya notoriedad será pasajera. El producto ha tenido éxito cuando el consumidor acaba fundiendo la realidad con la ficción y no sabe qué fue primero".

El Rick´s Café, el negocio obligado…
El Rick’s Café es un ejemplo de cómo se crea un negocio en la realidad a partir de la ficción. Ante la infructuosa búsqueda de los turistas que acudían a Casablanca, buscando el punto de encuentro de Humphrey Bogart e Ingrid Bergman, en la mítica película (este no existía, se rodó en Hollywood en un cabaret ficticio), se decidió hacer uno igual replicando su decoración. Actualmente, este edificio es propiedad de la empresa The Usual Suspects.

Fuente. Mar Heras. Revista Marketing + Ventas. Tendencias. Enero 2014.

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