lunes, 2 de junio de 2008

A la ópera con palomitas y Coca-Cola

Es la era de las pantallas: la del ordenador, teléfono móvil, mp3, televisión... y, con menor frecuencia, la de la gran pantalla del cine (está previsto que rebaje su cuota anualmente un 7 por ciento).

Ahora cualquier soporte es válido para ver una película y la piratería está causando estragos en el mundo del cine. Por eso, ver un estreno es algo que empieza a estar devaluado, precisamente por esa facilidad con que se puede piratear.

Ésa es la causa por la que el sector de la gran pantalla está ideando nuevas estrategias con las que sorprender al público ansioso de nuevas experiencias. Según Ángeles González Sinde, presidenta de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, " la gente ahora busca otros espectáculos más puros y que sean en directo. Lo que no se pueden bajar de Internet adquiere mucho más valor". Así, el público prefiere cualquier acontecimiento en vivo y/o con dimensiones descomunales.

Por ello, muchos espectáculos como la ópera, los conciertos de rock, las series de televisión, los videojuegos o el fútbol han decidido cambiar sus escenarios, y y ofrecerse en la gran oscuridad de las salas de los cines.
Por ejemplo, con el rock ya ha funcionado. El concierto de Héroes del Silencio es la muestra de un negocio listo para ser explotado. Así lo ha afirmado el director de operaciones de la cadena Yelmo, Rafael Urío, declarando que "ha sido la primera vez que la gente ha pagado 18 euros por entrar al cine".

El caso de la ópera también resulta significativo. Supone una experiencia diferente que permitirá acercar a nuevos públicos este género que aún sigue siendo elitista. Sobre todo, después de éxitos sonados como los que ha tenido el Metropolitan de Nueva York, desde donde se han retransmitido estrenos en directo para cines de todo Estados Unidos, juntando 280.000 personas a la vez.


En España, el gran teatro del Liceo tuvo una experiencia pionera en 2001 con La Traviata. Y El Real de Madrid, por supuesto, no quiere quedarse atrás. Hasta ahora habían colaborado juntos en el proyecto Òpera Oberta por medio de Internet y para universidades. Pero se trata de una apuesta de más calado, como comenta Oriol Aguilà, director de comunicación y mecenazgo del Liceo: "El futuro va por ahí, acercar los teatros públicos a la mayor gente posible". Como el Real, han establecido un acuerdo con los exhibidores de Yelmo Cineplex y Cinesa para retransmitir sus óperas.
La gran pantalla en un futuro va a dar para mucho. A partir de ahora, los domingos por la tarde se podrá disfrutar de una buena ópera regada de palomitas y coca-cola.
Mar Heras para la revista Mk Marketing + Ventas. Nº 236. Junio 2008

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