domingo, 4 de mayo de 2008

Yo quiero ser friki

Está claro que lo friki vende cada vez más. Últimamente se asiste al triunfo de personajes así denominados, el equivalente a gente de gustos extraños y estrafalarios, que encajan de una forma pasmosa en la sociedad española.

El último ejemplo es Rodolfo Chikilicuatre, un tipo estrambótico, que con su Baila el chiki-chiki representará a España en el próximo Festival de Eurovisión. Esta muestra de frikismo ha quitado el testigo al no lejano y ficticio grupo Happiness, con su viralizada canción Amo a Laura y éste, a su vez, a Koala con su Opá, yo viazé un corra.

El fenómeno friki siempre ha existido, pero andaba desperdigado y apenas hacía ruido. "Gracias a la tecnología", afirma Álvaro Sancho, profesor del departamento de Gestión Emprendedora del Instituto de Empresa, "ha salido a la superficie y se ha hecho notar". Y es que, si hay algo que caracterice a las comunidades frikis es, precisamente, el uso intensivo que hacen de Internet y las nuevas tecnologías. En el caso de Chikilicuatre, parece ser que la apuesta de este colectivo ha sido grande para que saliera elegido.

Haciendo una reflexión, los frikis son el nicho perfecto para que cualquier departamento de Marketing repare en ellos. Porque ese entusiasmo desbordado que muestran por las cosas y que les lleva a ser calificados de estrambóticos, es precisamente la pócima mágica que seduce al resto de la población y hacen que se les siga.

Y si no, que se lo digan a nuestro representante-actor de Eurovisión, que sabiamente se ha valido de esta tendencia y no ha dudado en crearse su propio personaje. Otra cosa es que dicha audacia nos haga ganar el decadente festival. La respuesta, el 24 de mayo en Belgrado.

Mar Heras para la revista Mk Marketing + Ventas. Nº 235. Mayo 2008.

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