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jueves, 11 de agosto de 2011

Los ejecutivos de Wall Street se van de compras


Es un buen momento para ir de compras y adentrarse en el mercado, por lo menos, para los ejecutivos de Wall Street.

Leo esta mañana en Expansión que, ahora que las compañías están sufriendo derrumbes bursátiles, sus propios ejecutivos están comprando acciones.

Apunta el diario económico que "Un total de 66 insiders de 50 compañías del S&P 500 compraron acciones entre el 3 y el 9 de agosto. Supone el mayor número de ejecutivos desde las cinco sesiones concluidas el 9 de marzo de 2009, cuando el S&P 500 tocó mínimos de 12 años".

"También, el consejero delegado de Morgan Stanley, James Gorman, y otros dos directivos compraron 175.000 acciones del banco de inversión, según los registros de la SEC. Las acciones de Morgan Stanley se sitúan en sus niveles más bajos desde marzo de 2009."Nadie conoce mejor una empresa que sus directivos", señala Shawn Price, que gestiona 2.400 millones de dólares en Navellier & Associates".

"Es una señal positiva que estén apostando su patrimonio personal", añade. ¡Yo también lo creo así, porque es una buena manera de mandar confianza al mercado y a su producto!

lunes, 22 de noviembre de 2010

Entrevista a Martin Lindstrom, autor de Buyology: "La mayoría de nuestras decisiones de compra no es consciente"

El neuromarketing, disciplina que cabalga entre el marketing y la ciencia, está revolucionando el marketing tradicional y sacando sorprendentes conclusiones sobre las decisiones de compra. Este postula que la mayoría de las decisiones de compra del consumidor no es ni remotamente consciente.

El cerebro, las más de las veces, ni siquiera se da cuenta de ello. Una de las grandes autoridades en esta revolucionaria materia es Martin Lindstrom, autor del bestseller mundial Buyology: verdades y mentiras de por qué compramos y protagonista de esta entrevista. En ella nos revela la raíz de su personalidad creativa, de cómo fue educado y cómo ello redundó en su faceta profesional.

También nos da pistas para ejercer una profesión de marketinero de manera responsable y, por supuesto, habla de su libro Buyology, escrito tanto para el consumidor de a pie como para los profesionales del marketing. Interesantes conclusiones se extraen de este diálogo, donde se muestra al neuromarketing como el camino acertado para empezar a conocer el comportamiento del cliente de una forma científica y por tanto real, y se pone en tela de juicio ciertos métodos tradicionales, como la investigación de mercados, que han llevado a muchas empresas a invertir grandes cantidades de dinero en productos fracasados.

Con afirmaciones sorprendentes como cuando se le pregunta a la gente no suele decir la verdad; la única manera de conocerla es indagando en su cerebro o Existe una correlación que dice que cuanto menos autoestima se tiene más se depende de las marcas, Lindstrom no deja indiferente al lector. ¡No te pierdas el total de la entrevista!


Mar Heras para la revista marketingmasventas

lunes, 18 de enero de 2010

¡Sr. Fabricante: por favor, ayúdeme y no me maree más!

Ultimamente, me produce un poco de agobio ir a determinados lineales de las grandes superficies. Ya tuve esa sensación este verano en el lineal de de los yogures de un supermercado y la he tenido la semana pasada en el lineal de los champús.

¿Os habéis planteado la hipersegmentación de yogures que hay? Yogures con azucar, sin azucar, los 0 calorías, los de frutas en todas sus versiones, los desnatados, los bio, los con cereales, los que se beben, etc, etc, ectc. Y de los champús ¿pero hay tantas clases de pelos como de champús remedio? Para cabello liso, para el rizado, para el que se encrespa, para el teñido, para el seco, para el graso, para el que le da el sol, para el que se seca con secador o para los que se seca con pinzas. Así, un suma y sigue...

Mira que soy especialista en marketing relacional y mira que reconozco que, efectivamente, hay consumidores de todo tipo. Pero pienso que en "algo" nos estamos confundiendo.

Ayer, como cada domingo, esperaba con impaciencia (reconozco que me encanta) la emisión del programa Redes de Eduardo Punset. En él se trató un tema "Por qué más es menos" que me "me vino al pelo" para escribir este post. Habló de la "sobreoferta de elecciones" a la que nos enfrentamos todos los días para hacer cualquier cosa y la cantidad de energía que perdemos en decidir en cosas tontas y, a veces supérfluas, como puede ser la elección de un yogur o un champú.

Explicaba que, hace años, el hecho de que hubiera menos oferta, hacía que la gente realmente "perdiese tiempo" en estar con los amigos, la familia, la pareja, un trabajo y emplease el tiempo en decidir sobre cosas importantes. Ahora, perdemos energías en hacer elecciones de todo, siempre maximizando la mejor elección y ponemos casi las mismas energías en la elección de un yogur que en hacer una elección más trascendente, como puede ser la búsqueda de un empleo. Esta situación, explicaba, se ve agravada en los jóvenes.

Ásí, hablaba de dos tipos de personas los "maximizadores" los que siempre están buscando la mejor oferta, el mejor precio, el mejor sitio y que, contínuamente están insatisfechos y se sienten culpables porque siempre va a haber una elección mejor y, por lo tanto, son infelices, y los "satisfactores" aquellos que se sienten satisfechos con unos mínimos y, sabiendo que pueden existir otros productos mejores que su elección, se conforman, porque les compensa emplear su tiempo en cosas importantes. Estos, añadía, eran más felices.

Resumiendo, si tanto nos preocupan nuestros clientes, respetémosles, ayudémosles a elegir nuestro producto sin una sobreoferta de elecciones. Démosles, felicidad. Dejemos que empleen su tiempo en cosas importantes... No nos creamos el ombligo del mundo, porque no lo somos.

Pincha aquí, para ver el video de "Por qué más es menos"

lunes, 26 de octubre de 2009

"Hacer la compra" es mucho más

Siempre he pensado que el "hacer la compra semanal" es una tarea algo tediosa, bastante repetitiva y que consume mucho tiempo.

También he cavilado que la "cadena de ayuda al comprador" se paraba demasiado rápido y no pensaba que el "acto de hacer la compra" no acaba cuando los productos llegan embolsados a tu casa, sino cuando estos estan ordenadamente metidos en sus respectivos armarios.

Si alguien alguna vez pensó que el hecho de trasladar los productos de la tienda al domicilio era algo "no grato" y que muchas personas estarían dispuestas a pagar porque se lo hiceran, ¿por qué no se piensa que el colocar los productos en los armarios igualmente resulta algo aburrido y consume mucho tiempo y, que habrá personas que estén dispuestas a pagar por no hacerlo?

Ya se que ésto lindaría con la ley de privacidad de las personas, pero, seguro, que tienen que existir soluciones intermedias.

Es solo una idea para quien la sepa recibir...