De espíritu colaborativo, solidario y generoso. Así es la Generación G, la de la generosidad, una especie incipiente aparecida en el fin de la primera década del milenio que aspira a convertirse en una especie global.
Si anteriores generaciones como la X renegaba de la autoridad, y la Y se caracterizó por la absoluta entrega a las nuevas tecnologías, la “generación G” viene marcada por una gran sensibilidad, motivación y búsqueda de valores. Se mueve con el lema de “dar es una nueva forma de tener y compartir supone una nueva forma de dar”.
Pero la pregunta es ¿Puede trasladarse esta generosidad que demanda la Generación G al mundo de los negocios? ¿Pueden aplicar ese mismo lema las empresas con sus clientes? Juanjo Peso-Viñals de Daemonquest en un interesante artículo al respecto detalla algunos ejemplos llevados a cabo por diferentes compañías.
La marca californiana de comida casera para bebés Pomme Bébé sabe que sus mejores clientes -las madres- quieren tener la garantía de que dan a sus hijos alimentos de la mejor calidad, pero primero tienen que probarlos. Así que han creado un auténtico bistró (restaurante) de potitos diseñado para bebés donde los pequeños pueden degustar de forma gratuita alguna de las especialidades de la casa hechas al momento. Miles de bebés ya lo tienen entre sus favoritos, y sin duda supone una gran ayuda para las mamás cuando no tienen tiempo de preparar la comida
En Shanghai también quieren que sus clientes puedan probar lo que les gusta, por eso han creado SamplePlaza, un 'showroom' donde se pueden testear nuevos productos que aún no están disponibles en china, ya sea una bebida, una nueva salsa, o el último “gadget” tecnológico. Por unos diez euros al año, los clientes chinos pueden hacerse miembros de este club, ir a probar cuantos productos quieran e incluso llevarse hasta cinco muestras por visita. Generosidad que también crea lealtad.
IKEA se ha dado cuenta de que ser generoso no cuesta tanto. Así que ha puesto a disposición de sus clientes en Dinamarca un parque de bicicletas con un pequeño remolque para que aquellos que lo prefieran puedan transportar las compras sin tener que pagar un precio extra por el envío o tener que usar su propio coche. Simple, económico y rentable
Mar Heras para la revista Mk Marketing + Ventas. Nº 246. Mayo 2009.
jueves, 14 de mayo de 2009
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